Espacio expositivo dedicado a mostrar propuestas artísticas innovadoras que exploran la memoria democrática.

1 de febrero - 30 de abril de 2023

Desenterrando el silencio

Un proyecto de Sergi Bernal

Porque no enterraron muertos, sino semillas…

A finales de julio de 1936, justo al principio de la Guerra Civil, desapareció el maestro catalán Antoni Benaiges. Dos años antes había llegado al pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba dispuesto a aplicar en su pequeña escuela rural la técnica Freinet, una innovadora metodología pedagògica, procedente de Francia, basada en la participación de los alumnos y el uso de la imprenta.

Durante más de 75 años, el trabajo y la personalidad del maestro permanecieron en la intimidad del recuerdo de sus antiguos alumnos, sus compañeros de profesión y su familia que además conservaba el deseo de conocer la verdad sobre su desaparición. 

En agosto de 2010, con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos), un vecino de Bañuelos hará emerger a pie de fosa la figura del maestro asesinado en julio de 1936 diciendo “Aquí está enterrado el maestro de mi pueblo”. Durante esa semana de agosto de 2010 estuve documentando gráficamente los trabajos de exhumación. La noticia de que en aquella gran fosa pudiera estar enterrado un maestro catalán provocó que iniciara una obsesiva investigación para reconstruir la vida de este maestro de Mont-roig del Camp, entrevistando a familiares, ex-alumnos y recopilando un archivo disperso en revistas de educación de los años 30, trabajos ya publicados, prensa y fondos archivísticos.

Las niñas y niños de Bañuelos de Bureba nunca habían visto el mar y en enero de 1936 su maestro les animó a imaginarlo ya describirlo. El resultado fue un cuaderno monográfico sobre la inmensidad azul. «El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo». Así es como se imaginaba el mar uno de los niños de este pueblecito de Burgos. Las descripciones se repetían: «El mar será… El mar será…».

El maestro Antoni Benaiges, que revolucionó su escuela dando la palabra a sus alumnos con la ayuda de la imprenta Freinet, les prometió que en verano irían a Mont-roig del Camp a casa de su familia para verlo por primera vez y poder decir: «El mar es… El mar es…».

Pero el sueño de aquellas criaturas y la promesa de su maestro quedaron truncadas para siempre el 19 de julio de 1936 con el estallido de la Guerra Civil.

De las fosas de La Pedraja exhumaron 135 republicanos asesinados. Debido al mal estado de los restos, sólo se han podido identificar a 23 represaliados, ninguno de ellos es el maestro Benaiges.

Esta obra recoge la historia de una promesa que no se pudo cumplir, y con ella, la memoria de quien la hizo: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar.

Para dignificarlo y difundir su historia se ha realizado un documental, diferentes libros, una exposición fotográfica y ahora un còmic, obra del dibujante burgalés Javier Martínez Sancho.

Porque no enterraron muertos, sino semillas.

Sergi Bernal

El maestro Antoni Benaiges con diecisiete de sus alumnos. Fotografía tomada en 1936, con la fachada de la escuela de fondo.

Fotografía histórica donde un grupo de militares sublevados conducen a un grupo de prisioneros hacia un destino incierto.

Señalización de la fosa de La Pedraja, Agosto de 2010. La proximidad del Camino de Santiago hizo que las visitas de peregrinos fuesen constantes durante la exhumación.

Municipio de Bañuelos de Bureba, en la actualidad cuenta con unos treinta vecinos, en los años treinta eran 220. Era un pueblo labrador donde no había llegado la electricidad, ni el agua corriente, ni el teléfono, ni la carretera de acceso, pero tenían una escuela, una escuela pública.

Detalle de la fachada de la Escuela de Bañuelos de Bureba, diciembre de 2010.

Barbarie fascista, publicación de la carta de Demetrio Saez, vecino de Bañuelos y amigo del maestro Benaiges, comunicando su asesinato.  Boletín del Comité de Defensa Local, Vilanova i la Geltrú, noviembre 1936.

Interior de la escuela, donde aún se encuentra el mobiliario de la época de Antoni Benaiges, diciembre de 2010.

Eladio Díez, ex alumno de Antoni Benaiges  en el interior de la escuela, hoy abandonada, octubre de 2011.

Las manos de Eladio Díez, exalumno de Antoni Benaiges, hojeando un cuaderno realizado por él y sus compañeros. El cuaderno estuvo escondido en el pueblo durante muchos años. El miedo a hablar o a mostrar alguna cosa del antiguo maestro perduró en aquellos exalumnos. El miedo y el terror a revivir aquellos dramáticos sucesos los paralizaban.

Documentación y fotografías aparecidas en una de las estancias de la escuela de Bañuelos de Bureba.  Dejó de ser escuela en la década de los 60 y pasó a conservar documentos del Archivo Municipal. Diciembre de 2010.

Jesús Carranza no fue alumno del maestro Benaiges debido a su corta edad pero conserva un buen recuerdo de las actividades extraescolares de aquel peculiar maestro que los dejaba libres y no les pegaba. Recuerda las excursiones de los alumnos a los pueblos vecinos, los bailes que organizaba para los mozos todos los domingos, las sesiones de música y canto que salían de la escuela… Jesús, conserva material de trabajo de la escuela de Antoni, son cuartillas escritas por los niños de su puño y letra.

Los niños de Bañuelos se comunican con los de Vilanova explicando que tienen un nuevo maestro y que harán un periódico que se llamará Gestos, el cual hablará de cosas de niños que serán hechas por niños. Las cuartillas están fechadas en 1934 y fueron salvadas por Jesús Carranza de la quema de todo el material escolar que hicieron los falangistas en  julio de 1936, después de que el maestro fuera detenido.

Elisa y Jaume son sobrinos del maestro, viven en Mont-roig del Camp. Conservan parte del legado de Antoni, cabe en una pequeña caja de cartón y está compuesto de cuadernillos infantiles hechos con técnica Freinet, cartas y fotografías.

Caja de cartón donde la familia Benaiges ha conservado, durante más de 80 años, los cuadernillos realizados por los alumnos de la escuela de Bañuelos de Bureba. Detalle del cuaderno de “El mar: La visión de unos niños que no lo han visto nunca”. Mont-roig del Camp, octubre de 2010.

Algunos de los objetos que contenía la caja conservada por la familia. Mont-roig del Camp, octubre de 2010.

La manos de Elisa Benaiges sostienen la imagen de su familiar desaparecido. Mont-roig del Camp, octubre de 2010.

Elisa Benaiges busca en su carpeta familiar cuadernos de la Escuela de Antoni. 

Archivo Provincial de Burgos, carpeta Educación, Sección Depuración de maestros de primera enseñanza, síntesi del expediente de depuración al maestro, veredicto: Separación definitiva y baja en el escalafón.  Proceso depurativo realitzado cuando el maestro llevaba más de dos años en la fosa común de la Pedraja.

Archivo Provincial de Burgos, carpeta Educación, Sección Depuración de maestros de primera enseñanza.  Informe realizado por Falange española en sus tareas de control del magisterio. Se trata de un listado donde enumeran la filiación de un grupo de maestros. Burgos. 

Paco Etxeberria obtiene restos del familiar de Benaiges, Jaume Roigé Benaiges. Con estos restos se obtendrá el ADN y se cruzará con los restos exhumados en La Pedraja. Debido al mal estado de los restos, de los 135 individuos exhumados sólo se han podido identificar a 23.

Felisa Viadas, de 89 años, observa el cuaderno de “El Retratista”, donde los niños nos explican un hecho extraordimario para ellos: la visita de un fotógrafo de la época, el cuaderno, como todos los otros fue elaborado por ella y sus compañeros de escuela. Zaragoza, septiembre de 2012.

Felisa Viadas se busca en la fotografía donde aparecen los alumnos de la escuela hecha por el retratista en 1936

Antonio Garcia otro antiguo alumno, en la puerta de la que fuera la Escuela de Bañuelos de Bureba, setiembre de 2014.

Antonio Garcia, probando de nuevo la premsa Freinet. Escuela de Bañuelos de Bureba, setiembre de 2014.

Antonio Garcia se reconoce en la fotografia de 1936. Escuela de Bañuelos de Bureba, setiembre de 2014.

Eladio Díez, ex-alumno, en la Escuela de Bañuelos de Bureba, setiembre de 2014.

Fotografía conservada por la família de Eladio Díez. Briviesca, diciembre de 2010.

Fotografía y cuadernos de época conservados por Eladio Díez. Después de la quema de materiales de la escuela que realizaron los falangistas en julio de 1936 en el pueblo se conservaron escasos cuadernos. Briviesca, diciembre de 2010.

Jesús Carranza recuperó del fuego algunos manuscritos realizados por los alumnos en  octubre de 1934.

Tras la siega, las balas de paja diseminadas en el paisaje evocan la dispersión de sepulturas anónimas que esconden estas tierras. Campos de Villafranca, agosto de 2010.

Miguel Angel Martinez, de la Agrupación de familiares de personas asesinadas en los montes de la Pedraja, y un voluntario en los trabajos de exhumación estudian unas fotografías aéreas históricas con la finalidad de localizar movimientos de tierras que indiquen la posible existencia de fosas. Debido a un incendio forestal y a varias intervenciones realizadas en el territorio en los últimos años, el paisaje actual es muy diferente al del año 1936.

Los primeros trabajos de movimiento de tierras se realizan con palas mecánicas y excavadoras.  Esta es la fase de localización de la fosa, se hacen catas por diferentes zonas hasta encontrar el lugar del entierro clandestino.

Exhumación de la fosa II, Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 29 de octubre de 2011. Familiares y técnicos observan con atención los trabajos iniciales de apertura de la fosa. En una primera fase, ya localizada la fosa mediante una cata vertical, se utilizan excavadoras para vaciar las capas de tierra que no tienen restos del entierro.

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 26 de agosto de 2010. Empieza un nuevo día de exhumación, durante la noche la fosa queda tapada para evitar que los animales salvajes se lleven los restos óseos.

Balas recuperadas en la fosa. Probablemente, los asesinatos se perpetraron allí mismo.

Rafael Martínez hace 77 años que espera justicia, es una víctima de la dictadura y de la democracia.  Durante los últimos años ha estado buscando el cuerpo de su padre,  asesinado en 1936. Curiosamente la familia tiene un documento oficial de la Prisión de Burgos donde se indica que fue puesto en libertad en octubre de 1936, la supuesta libertad le hizo desaparecer en los Montes de la Pedraja.

Flor Amanda Gómez, hija del desaparecido Robustiano Gómez, conversa con Helena Ferrándiz, miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi encargada de recoger datos y testimonios de los familiares. En primer término, el hijo de Flor Amanda muestra una fotografía de sus abuelos.

Bernabé Sáez, hijo y hermano de desaparecidos, conversa con Helena Ferrándiz. Los familiares, algunos ya muy mayores, esperan en un espacio muy próximo a la fosa, mientras explican sus tragedias, sus terrores y su silencio.

El grueso de tierra que cubría los restos ya ha sido retirado, en la superficie se han expuesto parte de los restos. Los técnicos descansan. En breve se reiniciará una nueva fase del trabajo, de mayor precisión y complejidad. Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 24 de agosto de 2010.

Miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi siguen vaciando la fosa de piedras y tierra. Los restos ya están muy cerca de la superficie y a medida que aparecen restos y se localizan objetos se marcan sobre la zona y se sigue la misma tarea en otra parte de la fosa. Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 24 de agosto de 2010.

Una vez la extensión de la fosa ya está bien delimitada y marcada con hilos de color blanco se sigue rebajando el terreno. En esta fase ya no serán las máquinas las que trabajen, sino que serán los arqueólogos y forenses con azadas y palas quienes realicen los trabajos. Fosa II, Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 29 de octubre de 2011.

Parte de la familia Valderrama presencia los trabajos de exhumación. Se puede observar la profundidad a la que se encontraban los restos y comprender la dificultad para localizarlos. Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 27 de agosto de 2010.

Esquema de los técnicos que muestra la localización de los restos y los objetos que se hallaron en la fosa excavada en agosto de 2010.

Familiares de desaparecidos durante los trabajos de exhumación de la fosa II. Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), octubre del 2011.

Familiar de desaparecidos. Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), octubre del 2011.

Los trabajos de exhumación avanzan y empiezan a distinguirse restos que permiten establecer el número de individuos enterrados. En este tramo se contabilizan 28. El cómputo final de la fosa fue de 104.

Libro de visitas facilitado por el equipo de antropólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Recoge testimonios  de familiares y visitantes. 

Protesis dental de la fosa de la Pedraja, agosto 2010

Detalle de la fosa II de la Pedraja, agosto 2010.

Detalle de la fosa II de la Pedraja, agosto 2010.

Detalle de la fosa II de la Pedraja, agosto 2010

Conforme avanza la exhumación, quedan al descubierto los restos y se constata el importante número de individuos enterrados. Los arqueólogos siguen  “diseccionando” la fosa para trabajar de la forma más ordenada posible.

A medida que avanzan los trabajos de exhumación van emergiendo los restos: huesos, objetos personales y balas evidencian la muerte violenta de las personas enterradas. La emoción invade la fosa, los familiares se lamentan y lloran a los desaparecidos

Miguel Angel, de la Agrupación, observa los trabajos de los arqueólogos, conmovido tras examinar unos restos que, por la ropa, podrían ser las de su abuelo desaparecido, Rafael Martínez Moro.

La tragedia de los familiares de los desaparecidos se transmite de generación en generación.

Detalle de la fosa I de la Pedraja, agosto 2010.

Familiares y curiosos siguen los trabajos de excavación. La proximidad a un tramo del Camino de Santiago propició la asistencia constante de peregrinos durante los días en los que se llevó a cabo la exhumación.

Cada día, al finalizar una jornada de trabajo, el equipo técnico que se encarga de la exhumación realiza una exposición informativa a los familiares y otros visitantes sobre la evolución de los trabajos, los restos cuantificados, el estado de los mismos, y los objetos personales que se recuperan.

Un vecino de Villafranca Montes de Oca mira el monolito erigido en los años ochenta por los familiares de los asesinados, el monumento es un memorial a los centenares de asesinados en aquellas montañas por la rebelión fascista del año 1936.

Miembros de la  Agrupación de Familiares de las Personas Asesinadas en los Montes de La Pedraja” en una segunda exhumación el noviembre de 2011. La desolación y el abandono a que han sometido a los familiares es evidente.

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 23 de agosto de 2010.  Luís Carlos, del municipio de Santa Olalla de Bureba, muestra un cuaderno confeccionado por él que contiene fotografías y datos de su padre y de su tío, los dos víctimas de la represión.

Fosa II, Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 1 de noviembre de 2011. 

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 28 de agosto de 2010. El forense Paco Etxeberría observa las cajas blancas donde se individualizarán los restos de cada uno de los individuos.

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 28 de agosto de 2010. Los arqueólogos hacen inventario de todo los que se exhuma, ordenando los restos por cajas y por individuo. Cada caja tendrá su informe-inventario. 

El individuo número 1 llevaba un gran abrigo,  probablemente fue no de los últimos en ser enterrado en esta  fosa.  Se dice que aquí se asesinó desde julio a octubre de 1936.  A medida que nos alejábamos del camino los individuos presentaban más ropa, ya que correspondía a una época de más frío. Los primeros siempre iban con poca ropa al ser asesinados en julio.

Durante las ofrendas florales se reunen personas de diferentes generaciones y de diferentes comunidades autónomas para rendir homenaje a los asesinados en La Pedraja.  En esta sierra desaparecieron personas procedentes de diferentes pueblos de La Rioja y de la provincia de Burgos (Castilla-León).

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 29 de octubre de 2011.Una familiar de represaliados deposita flores en el paraje donde se encontró una fosa común. La fosa se exhumó en agosto de 2010 y se recuperaron  los restos de 104 represaliados.

Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 23 de agosto de 2010. Cruz levantada por los familiares de los represaliados. Esta cruz se encuentra muy cerca de las dos fosas que se han abierto hasta ahora en esta sierra. Se puede leer «Descansen en paz. Vuestra semilla no ha muerto».

Exhumación fosa  II, Montes de la Pedraja, Villafranca Montes de Oca (Burgos), 1 de noviembre de 2011. El día de Todos los Santos las ofrendas florales son constantes. La realización de estas fotografías coincidió con la exhumación de la fosa II.

Un cementerio cercano a La Pedraja, donde tuvo lugar la exhumación de la fosa, allí donde todos los represaliados hoy en fosas deberían descansar, agosto de 2010

Los sobrinos de Antoni Benaiges, Jaume Roigé y Elisa Benaiges con Jaume Aragonès, Playa de Mont-roig del Camp, diciembre de 2010.

Sergi Bernal (Barcelona, 1973). Es geógrafo y documentalista de historias humanas y comprometidas.

Autor y comisario de la exposición “Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar” en el Museo Marítimo que obtuvo el premio Ciutat de Barcelona en 2020.

Galardonado con el premio Marta Mata de la Asociación de maestros Rosa Sensat en 2022 por su labor en la recuperación de la memoria de los maestros republicanos. 

Ha trabajado haciendo reportajes de las luchas de los movimientos sociales y populares de Barcelona, el drama de las familias desahuciadas, los deportados del campo de concentración nazi de Buchenwald, en Alemania; el exilio saharaui y la dureza de la vida en el campo de refugiados de Dajla (desierto argelino).

«Desenterrando el silencio» es un proyecto de investigación donde se recupera una historia al límite del olvido. El autor rescata una vida a pie de una fosa común de asesinados en el año 1936, la del maestro renovador Antoni Benaiges. Con este mismo proyecto se ha hecho una exposición fotográfica que ha pasado por más de 65 salas, además de un libro “Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar”, una novela “El mar será…” y un documental, “El Retratista”, que se ha proyectado en los Cinemes Girona de Barcelona, la Filmoteca y otras salas. Un cómic llamado “La promesa” junto con el dibujante burgalés Javier Martínez Sancho. Ha participado como documentalista en la obra de teatro “El mar: Visión de unos niños que no lo han visto nunca” y como Fotofija, making of y documentalista en la película “El maestro que prometió el mar” que se espera en el otoño de 2023.

                                               +info:  desenterrant.blogspot.com